La Chocha perdiz, Becada, Sorda, Pitorra o Arcea (Scolopax rusticola), oilagorra en euskera, que traducido al castellano es "gallina sorda", son algunos de los nombres vernáculos de este ave limícola que podemos encontrar en bosques y plantaciones forestales de todo el Paleártico, desde la península Ibérica hasta el extremo oriental de Rusia, China y Japón. En Europa sus principales poblaciones reproductoras son las de Rusia (1.000.000-10.000.000), Bielorrusia (175.000) y Finlandia (140.000). Según el "Atlas de las aves reproductoras de España", el área de cría se restringe a la franja norteña húmeda desde Cataluña hasta Galicia, con una importante población en el norte del Sistema Ibérico. Las poblaciones ibéricas parecen fundamentalmente sedentarias, mostrando desplazamientos altitudinales estacionales. Además, durante el otoño llega un gran contingente de aves procedente del centro y norte de Europa. Alberto Vizoso y Mónica Shorten publicaron en el año 1978 en el volumen 24 de la revista Ardeola el artículo "Más datos sobre la nidificación de la Becada (Scolopax rusticola) en España", donde incluyeron varias citas recopiladas por el ingeniero jefe de la Diputación Juan José Peralta:
- Monte Oiz, un ave y nido con huevos, en 1957, comunicado por Severiano Ormaza, de Bermeo.
- Cerca de Ochandiano, una pollada, en 1917, comunicado por Carlos Aspe y J. Urigoitia, de Ochandiano.
- Cerca de Ochandiano, nido con huevos, en 1962, comunicado por Carlos Aspe y J. Urigoitia, de Ochandiano.
- Puerto de Urquiola, nido con huevos, más recientemente, comunicado por un sobrino de Carlos Aspe y J. Urigoitia.
- Monte Morga, 1945-46, un ejemplar con pollos, comunicado por Gonzalo Zamacona (Villaro).
- Ochobaso, 1946-47, un ave y nido con huevos.
En 1985 el Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco publicó el "Atlas de los Vertebrados Continentales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa", donde en la página 139 queda en evidencia que solo se incluyeron para Bizkaia los datos arriba señalados, anteriores al año 1980.
Los adultos tienen las puntas de las coberteras primarias con borde claro (en esta fotografía quedan señaladas con unas flechas blancas; es un adulto), mientras que los juveniles las tienen del mismo color marrón que las muescas de cada cobertera primaria. Florentino Braña, Pablo González-Quirós, Laureano Prieto y Félix González publicaron en el año 2012 en el volumen 48 de la revista Acta Ornithologica el artículo "Spatial distribution and scale-dependent habitat selection by Eurasian Woodcocks Scolopax rusticola at the south-western limit of its continental breeding range in northern Spain", donde explican que los vuelos de los machos en vuelo de celo se produjeron en la Cordillera Cantábrica asturiana desde principios de mayo hasta principios de julio, con la mayor frecuencia desde principios de mayo hasta mediados de junio. No detectaron vuelos de celo a menos de 800 metros sobre el nivel del mar, aunque tenían evidencias de su reproducción ocasional a menor altitud. El porcentaje de las estaciones de escucha positiva superaron el 35%. Además de la altitud, la densidad de lombrices de tierra fue el principal factor que explicó su mayor abundancia. Al contrario de lo que sucede durante el invierno, las lombrices de tierra fueron más abundantes en los bosques que en los pastos. En época de cría mostró mayor actividad diurna que durante el invierno.
El pico es muy largo, recto y muy sensible. Mientras la mandíbula inferior es rígida, la superior tiene el extremo redondeado, blando y con numerosas terminaciones nerviosas. Es excepcional entre las aves su capacidad para levantar hacia arriba el final de la mandíbula superior. Juan Arizaga publicó en el año 2013 en el volumen 61 de la revista Munibe (Ciencias Naturales-Natur Zientziak) el artículo "Revisión sobre el conocimiento científico de la chocha perdiz Scolopax rusticola L., 1758 en España". Allí podemos leer que:
- La abundancia invernal de chocha perdiz en España varía inter-anualmente. En general, es mayor si durante el periodo de cría precedente ha llovido más y las temperaturas han sido más bajas, y menor si el éxito de caza en el invierno precedente fue mayor.
- Se registra un efecto negativo de la nieve en zonas en las que no nieva habitualmente (franja mediterránea y zonas de costa en el Cantábrico), y un efecto negativo de los días de caza, particularmente cuando se permiten días seguidos de caza.
- El paso migratorio postnupcial comienza en octubre, alcanzando la mayoría de los individuos sus cuarteles de invernada en noviembre. Asimismo, el paso prenupcial se inicia entre los meses de febrero y marzo, ocasionalmente en enero, según zonas y años. Puede considerarse como periodo puro de invernada el que va de diciembre a enero.
- Los resultados de un proyecto iniciado en 2006 de marcaje de individuos en España mediante dispositivos de localización a través de satélite muestran que la mayoría de los individuos marcados pasa la época de cría en Rusia, llegando a sobrepasar los Urales. Esto contradice los resultados que se habían obtenido a partir análisis de isótopos estables y recuperaciones de aves anilladas.
- Según estudios llevados a cabo en Francia, sólo un 1% (5% en años con olas de frío excepcionalmente intensas) de los individuos que invernan en este país se moverían en pleno invierno hacia el sur para llegar a España.
Los excrementos sobre el suelo del bosque son muy característicos y, sin perros de caza, es la manera más fácil de detectar la presencia de esta especie. Durante el censo de "Aves invernantes en la cuadrícula UTM 30TWN05" en el trienio 2007-2010 ninguna de las 1.904 aves que censé en 57 recorridos de muestreo fueron chochas perdices. Se trata de una especie que confía en el mimetismo de su plumaje sobre el suelo del bosque para pasar desapercibida durante el día, por lo que es difícil que se levante del suelo incluso cuando los posibles predadores están a escasos metros. De esta particularidad en su comportamiento sin duda proceden los nombres de "sorda" y "oilagorra", aunque realmente no lo sean. Mi amigo José Antonio Gainzarain en el "Atlas de las aves invernantes en Álava (2002-2005)" dijo que, según los datos de la Asociación de Cotos de Caza de Álava, fueron cazados una media de 4.600 ejemplares en las tres temporadas del citado atlas. Según los autores del libro "La Bécasse des Bois" en Europa se cazan alrededor de 1.000.000 de aves en Francia e Italia, 400.000 en Rusia, 200.000 en las Islas Británicas, 73.000 en la Península Ibérica o 30.000 en Suecia, Grecía y Turquía. Los autores del libro "La Becada en España" piensan que el dato de la Península Ibérica subestima el número real de las cazadas.
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