Trigo (Triticum sp.)
Granos de cereal carbonizados, Kobaederra, Kortezubi, Museo de Arqueología de Bizkaia
"...La evaluación de la evidencia arqueobotánica disponible indica que hace 11.600-10.700 años el cultivo de especies de cereales silvestres era común en regiones como el Levante (Palestina, Turquía, Israel, Líbano, Siria y Egipto) y el área del Alto Éufrates, pero la subsistencia a base de plantas en el este del Creciente Fértil (sudeste de Turquía, Irán e Irak) se centró en la explotación de plantas como leguminosas, gramíneas del género Aegilops, frutas y nueces. Hace 10.700-10.200 años la explotación predominante de cereales continuó en el Levante y se correlaciona con la aparición de proporciones significativas (~30%) de la paja de cereal doméstico en el registro arqueobotánico. En el este del Creciente Fértil las explotaciones de leguminosas, frutas, nueces y pastos continuaron, y en el alto Éufrates predominaron las leguminosas. En estas dos regiones, la paja de cereales domésticos (más del 10%) no se identifica hasta hace 10.200-8.300 años. Proponemos que el cultivo de cereales silvestres y domesticados se desarrolló en diferentes épocas en el suroeste de Asia y fue condicionado por las diversas estrategias de subsistencia a base de plantas."
Vaso cerámico, Campa de La Calvera-Peña Oviedo, Museo de la Prehistoria de Cantabria
Una condición previa para la aparición de plantas morfológicamente domesticadas es la adopción de prácticas de cultivo que involucren especies de plantas silvestres. La identificación del cultivo de plantas silvestres se basa en:
- La presencia de granos cultivados (distinguidos por su morfología y tamaño) y el aumento gradual del tamaño del grano a lo largo del tiempo
- La presencia en sitios arqueológicos de "malas hierbas" características de campos cultivados.
En el proceso de domesticación de los cereales, los granos aumentaron de tamaño y perdieron o se redujeron los apéndices que hacen posible la dispersión de las semillas mediante el viento. Además, las especies silvestres tienen ráquis frágil, lo que permite que cuando las semillas están maduras, se desprendan fácilmente. Los cereales domésticos se caracterizan por la presencia de un ráquis robusto que impide la dispersión natural de sus semillas y, por lo tanto, su reproducción sin intervención humana.
La escaña (Triticum monococcum) es un trigo doméstico diploide originado a partir de Triticum boeoticum. El farro (Triticum dicoccum) es un trigo doméstico tetraploide originado a partir de Triticum dicoccoides, un trigo tetraploide salvaje originado por la hibridación natural entre el trigo silvestre Triticum urartu y una especie del género Aegilops. Triticum dicoccoides es un híbrido natural que habría desaparecido sin la intervención humana, ya que es incapaz de usar el viento para dispersar sus pesadas semillas. Los trigos hexaploides como Triticum aestivum y Triticum spelta son todos domésticos, originados por la hibridación entre un trigo tetraploide domesticado, probablemente Triticum dicoccum o Triticum durum, y Aegilops tauschii. La cebada doméstica (Hordeum vulgare) se originó a partir de la cebada silvestre (Hordeum spontaneum).
La evidencia arqueobotánica de hace 10.700-10.200 años muestra diferencias regionales en las proporciones de cereales silvestres y domésticos. En el sur de Siria hay signos claros de cultivo de cebada doméstica en proporción del 30%, mientras es de alrededor del 10% o incluso menos en el resto de los sitios estudiados, indicando la explotación continuada de especies silvestres. La evidencia sugiere que el ritmo con el cual los cereales domésticos aparecieron en el suroeste de Asia varió regionalmente. La ausencia de evidencia para la domesticación de cereales en el Alto Éufrates, en el sudeste de Turquía, y el Zagros no es sorprendente si consideramos que la subsistencia a base de plantas se centró principalmente en la explotación de plantas distintas de los cereales: lenteja (Lens sp.), guisante (Pisum sp.), Vicia ervilia y otras especies de los géneros Vicia y Lathyrus. En el noroeste de Siria e Israel se han encontrado garbanzo (Cicer sp.) y haba (Vicia faba). En el Éufrates y en el noroeste de Siria se encuentran los trigos domésticos (Triticum aestivum y T. durum) hace 9.800-9.300 años.
Göbleki Tepe
El proceso que llevo del Paleolítico al Neolítico parecía claro hasta los descubrimientos del yacimiento arqueológico de Göbekli Tepe, en el sureste de Turquía. Antes de que los seres humanos comenzaran a cultivar plantas y tener animales domésticos, cuando aún recolectaban los cereales silvestres y cazaban los animales que luego domesticarían, crearon enormes templos. Es muy recomendable la lectura del artículo "El origen de la agricultura en Euskal Herria" de Lydia Zapata, publicado en 2007 en las páginas 7-26 del volumen 20 de la revista Avnia. El 16 de julio de 2018 publicaron el artículo "Archaeobotanical evidence reveals the origins of bread 14,400 years ago in northeastern Jordan" en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, de Amaia Arranz-Otaegui, Lara González Carretero, Mónica N. Ramsey, Dorlan Q. Fuller y Tobias Richter, donde se da noticia del descubrimiento de que los humanos cazadores-recolectores de 14.400 años hacían pan en Oriente Próximo con el grano del trigo silvestre Triticum boeoticum, ancestro silvestre del primer trigo cultivado, Triticum monoccocum. Uno de los autores en una entrevista en el periódico El País dijo que "El pan exige un proceso intensivo en mano de obra que incluye el descascarillado, la molienda de los cereales, el amasado y el horneado. Que esto se hiciera antes de los métodos agrícolas sugiere que era considerado algo especial y el deseo de hacer más de esta comida especial probablemente contribuyera a la decisión de empezar a cultivar cereales."
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