Se puede ver una fotografía muy parecida a esta en la página 316 del libro "Árboles singulares de Euskadi", editado en el año 1990 por el Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. De los 119 árboles singulares que incluye dicho libro, además del moral plantado frente al Santuario de Nuestra Señora de la Antigua de Orduña, solo este ejemplar de Tejo (Taxus baccata) se encuentra en Sierra Sálvada. En euskera es "hagina", el mismo nombre que reciben los dientes y muelas. A pesar de que todas las partes de este árbol son venenosas, excepto el arilo rojo que rodea sus semillas, en el pasado fue empleado como planta medicinal para aliviar el dolor de muelas.
Este tejo se encuentra en la peña de Aro, municipio de Aiara (Araba), a 480 metros del Portillo de Aro, a 1.070 metros de altitud. Aunque su presencia en medio de un extenso pastizal en terreno kárstico destaca bastante, puede llegar a pasar desapercibido para los montañeros que suben a la cima de Sierra Sálvada: el monte Eskutxi o Aro (1.185 m) desde el Portillo de Aro. Sin embargo, estamos ante un árbol muy singular.
En la primera declaración de árboles singular del País Vasco, del año 1995, se incluyeron dos tejos, de los que ya tratamos en la entrada "Tejos de Arimegorta" del blog Macizo de Gorbeia. El Tejo de Peña de Aro tiene un perímetro de 4,20 metros, mayor que ninguno de los Tejos de Arimegorta. En el año 1997 se incluyeron otros tres tejos en la segunda declaración de árboles singulares, de los que solo el Tejo de Antoñana, en el municipio de Campezo (Araba) tiene un perímetro mayor, de 5,3 metros.
El tejo fue árbol sagrado para las poblaciones celtas del norte de la Península Ibérica. Durante la cristianización se construyeron numerosas iglesias y ermitas junto a tejos sagrados de Galicia, Asturias y Cantabria. Actualmente es una especie escasa y muchas veces solo se conservan centenarios árboles aislados, como el de la fotografía. Aves como los zorzales (Turdus spp.) comen los frutos del tejo, digiriendo los arilos rojos y excretando y dispersando las semillas lejos del árbol madre. El tejo es dioico, es decir, hay árboles con flores masculinas y otros con flores femeninas y productores de frutos.
La madera de tejo es muy apreciada en ebanistería por su resistencia y elasticidad. Hace casi 30 años fue noticia en los periódicos la tala de tejos en el País Vasco para la exportación de su madera a Inglaterra. También los pastores han contribuido a su actual escasez, debido a que los eliminan para evitar que las yeguas mueran envenenadas al comer las hojas de tejo y que las vacas aborten. Las cabras parecen inmunes a su veneno, lo que les permite ramonear las hojas de los tejos, impidiendo su desarrollo. Tomé estas fotografías el 13 de mayo de 2013.
En esta fotografía aérea se indica la situación del Tejo de peña de Aro. Pinchad en la imagen para verla a mayor tamaño.
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