La Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) es una de las aves más características de Sierra Sálvada. En un estudio que realizamos Serafín Alarcón, Javier Cañadas, Roberto González Luis, José Antonio González Oreja, Juan Carlos Lorenzo y yo mismo en el año 1997 con una subvención que concedió el Gobierno Vasco a la sección de Vertebrados de la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao, localizamos 13 colonias reproductoras, ocupadas por un número variable de 1-2 a 125-175 parejas.
Las colonias más importantes fueron: Tertanga (150 parejas) y 3 colonias que sumaban 115 parejas en Aro-Eskutxi. Entonces estimamos una población total de 281-392 parejas en Sierra Sálvada. Carrascal en el año 1998 estimó que eran 200-400 las parejas reproductoras en el País Vasco. Probablemente, quedó subestimada la población vasca, nada sorprendente tratándose de chovas, aves que tienen la mala suerte de compartir hábitat con especies que le restan protagonismo y que consiguen que pocos ornitólogos les presten la atención que se merecen.
Las podemos ver llegar al atardecer en grandes y sonoros bandos o buscando alimento sobre los pastizales o prados segados, donde encuentra los invertebrados hipogeos de los que se alimenta, sobre todo larvas de lepidópteros y coleópteros. Entre ellos, las larvas de los escarabajos estercoleros, esos coleópteros coprófagos que se alimentan de los excrementos del ganado doméstico.
Una actividad tan impactante como antigua como la ganadería ha generado paisajes deforestados llenos de potenciales presas para las chovas. Cabe pensar que en ausencia de actividad ganadera extensiva y con el paso del tiempo los pastizales se irían cubriendo de matorral, arbustos y árboles y que muchas de sus presas dejarían de ser tan abundantes. En definitiva, es una más de las especies de aves beneficiadas por la ganadería extensiva tradicional.
Según "The EBCC Atlas of European Breeding Birds", editado en 1997, 12.265-17.370 parejas reproductoras se reparten por las montañas del sur de Europa y, en menor número, por algunos acantilados costeros. 7.000-9.800 de ellas en España, donde se encontraría en ligero declive. En el año 2000 la estima de la población europea ascendió a 16.000-72.000 parejas y, según el "Atlas de las Aves reproductoras de España", del año 2003, la población mínima de España sería de 16.943 parejas. Es decir, todavía no sabemos ni cuántas hay.
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