8 de enero de 2010

Pastoreo con oveja latxa

Los ovejeros o pastores de oveja de raza latxa de Sierra Sálvada y su actividad pastoril está en declive a la vez que en rápida transformación. Ya son pocos los ovejeros que suben con sus rebaños a la sierra y, debido a su avanzada edad y a la falta de pastores jóvenes que quieran continuar con esta actividad, parece que el futuro de su actividad es poco halagüeño, aunque el número total de cabezas de ovino se haya mantenido durante los últimos años. Esto es así porque en la actualidad son necesarios rebaños mayores para mantener la rentabilidad necesaria, lo que repercute en su cuidado ante los ataques de los lobos. Sin embargo, es la falta de relevo generacional lo que puede dar el punto final a la tradicional forma de gestionar el ganado ovino en Sierra Sálvada y en otras sierras del País Vasco. Hace unos 30 años en Sierra Sálvada había unos 40 pastores que dormían y hacían queso en las 4 zonas con "txaulas", el nombre local de las txabolas o cabañas: Covata (20 txaulas), Menerdiga (5), Saldisuso (3) y Ponata (8); las 3 primeras en Ayala (Álava) y la cuarta en Orduña (Bizkaia). Hice esta fotografía cerca del Salto del Nervión, municipio de Urkabustaiz (Álava).
Si hace unas décadas la rentabilidad de un rebaño de ovejas se repartía entre lo obtenido por la venta de la lana esquilada, los corderos y la leche ordeñada, en la actualidad la mayor parte de las rentas proviene de la venta de la leche que se utiliza en la elaboración de los quesos de la Denominación de Origen Idiazabal. Hoy en día el precio de la lana es tan bajo que hace que su venta sólo sirva para pagar el trabajo de los esquiladores. Mientras, el precio del cordero es el mismo que hace 20 ó 30 años y aún así los pastores tienen dificultades en la venta de los mismos una vez pasadas las fiestas de Nochebuena y Año Nuevo. En la fotografía, un queso procedente de una de las queserías asentadas en el entorno de la sierra.

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