El 5 de julio de 2018 en el canal de televisión ETB2 dentro de la segunda temporada de "Una historia de Vasconia" emitieron el capítulo "El primer pastor vasco" donde su director, el historiador Alberto Santana dio a conocer las conclusiones de algunos estudios realizados en los últimos años sobre el origen y la evolución de la ganadería y el pastoreo en el País Vasco a lo largo de los últimos siglos, que contradicen una idea concebida sin base histórica que ha llegado hasta casi la actualidad, cuando unos pocos investigadores, entre los que destaca el historiador de la Universidad del País Vasco Álvaro Aragón Ruano, la han estudiado, llegando a conclusiones que nos han sorprendido a todos, incluido el citado autor. Entre ellas, que el pastoreo con ovejas en las montañas vascas desde el inicio de la primavera hasta el comienzo del invierno tiene menos de 250 años de historia.
El origen del megalistimo hace 11.600 años se encuentra en el denominado Creciente Fértil, en Oriente Próximo. Poco después aquellos cazadores-recolectores se convirtieron en ganaderos y agricultores y desde allí se expandieron a través del continente europeo, llegando a través del valle del Ebro hasta el País Vasco hace unos 6.720 años, según explica en el citado capítulo de "Una historia de Vasconia" el catedrático de Prehistoria de la Universidad del País Vasco, Javier Fernández Eraso, en base al estudio del yacimiento Abrigo de los Husos II, en el municipio de Elvillar (Araba), en la sierra de Toloño. En Oriente Próximo domesticaron primero la oveja y después la cabra y también allí comenzaron a cultivar trigo y cebada, y desde allí llegó la agricultura y la ganadería al País Vasco después de varios miles de años, en los que aquellos primeros agricultores y ganaderos asiáticos fueron generando una nueva población tras reproducirse en Europa con las poblaciones locales cazadoras-recolectoras que iban encontrándose en su expansión europea. Durante el Neolítico todos los pobladores europeos acabaron por adoptar la ganadería y agricultura, y con ello el sendentarismo. Estos ganaderos y agricultores asiáticos trajeron consigo una serie de creencias y la construcción de dólmenes, menhires y otros monumentos megalíticos. Sin embargo, aún en el siglo XX los pastores vascos atribuían la construcción de los megalitos a los basajaunak, los gentiles vascos.
Como explica Álvaro Aragón Ruano en dicho capítulo, hasta el siglo XVI los rebaños de vacas pertenecían al clero y a la nobleza. Por entonces, la riqueza se basaba en la posesión de ganado, vacuno principalmente. El auge de las ferrerías, la riqueza que generaban y la necesidad de madera para su funcionamiento, hizo que muchos de los ricos (aberatsak en euskera, que procede de abere=cabeza de ganado) decidieran sustituir el ganado vacuno, que provocaba daños en las plantaciones forestales que se realizaban para la obtención de madera, por ovejas. Hasta el siglo XVII el ganado no salía de la propia jurisdicción. Es a partir de entonces cuando comenzaron los traslados de ganado de más de 20 km de distancia, en Gipuzkoa desde la zona costera a las montañas de la divisoria de aguas.
En los montes públicos de Bizkaia, Gipuzkoa, norte de Araba y parte de Navarra hubo casi 40.000 seles (korta o gorta en el euskera de Bizkaia y territorios limítrofes, saroi o sarobe en el euskera de gran parte de Gipuzkoa o bustaliza en gran parte de Navarra; de busto, que significa rebaños de vacas). Nacieron para el pastoreo con vacas y eran parcelas circulares con una piedra situada en su centro llamada piedra cenizal (austerritza) y 4, 8 o incluso 16 mojones periféricos (baztemugarriak) cuyo uso se cedía durante tiempo limitado. Había seles "mayores" y "menores"; los de invierno eran mayores y se pastaban durante 8 meses y los de verano, más pequeños, durante 4 meses. En Bizkaia se reconocen desde el aire unos 250 seles, la mitad de ellos son invernizos y tienen una superficie media 16,4 hectáreas (círculos con un diámetro de 456 metros) y los veraniegos de 4,6 hectáreas (círculos con un diámetro de 242 metros). En la siguiente imagen, tomada de GeoEuskadi, se señala la situación de 29 seles en el municipio de Zeanuri (Bizkaia). En la actualidad la mayoría están ocupados con plantaciones forestales de coníferas.
En el artículo de Álvaro Aragón Ruano "Ganadería, trasterminancia y trashumancia en los territorios vascos en el tránsito del medievo a la modernidad (siglos XV y XVI)", publicado en el año 2006 en el volumen 31 de Cuadernos de Historia Moderna, puede leerse en su resumen: "El presente artículo pretende aportar nuevos datos sobre la ganadería en los territorios vascos durante la Edad Moderna. Ante todo se trata de romper los falsos paradigmas que se han venido repitiendo durante largo tiempo, aportando datos inéditos. Los clásicos de la historiografía vasca siempre han recalcado el carácter rural y agrario de la economía vasca; a pesar de ello, actividades como la ganadería jamás han ocupado un espacio primordial como objeto de estudio entre los historiadores, que en muchos casos han aceptado las teorías de etnógrafos y antrópologos sin contrastarlas. La ganadería en tierras vascas siguió modelos cantábricos, que ya vienen siendo estudiados desde algunas décadas por los historiadores gallegos, asturianos o cántabros; escuelas que han establecido nuevas metodologías para el estudio de la ganadería, las cabañas predominantes, el régimen de explotación, su impacto económico, etc., y cuyo ejemplo desgraciadamente no ha sido secundado en el caso vasco."
Después de explicar el caso guipuzcoano, Álvaro Aragón Ruano escribe: "También en Vizcaya queda constatado en el siglo XV el predominio del ganado vacuno, junto al porcino, y la riqueza que suponía para sus poseedores, no sólo por la carne, leche y abono que producía sino también por su utilización como fuerza de trabajo. En Vizcaya, el Fuero no permitía introducir ganados de fuera parte y se aplicaba la ordenanza de "sol a sol" para los rebaños foráneos; no obstante, a pesar de las prohibiciones y en contra del Fuero, parece que, a partir de mediados del siglo XVI, ante la falta de ganado vacuno y porcino en el Señorío, algunos lugares -como Bermeo- permitieron invernar a ganados de Navarra, Guipúzcoa y Léniz. En 1393 la Junta General de Vizcaya confirmaba y extendía a todo el Señorío una sentencia que dio el 25 de septiembre de 1385 a favor de la villa de Bilbao en el pleito con la anteiglesia de Zamudio sobre pastoreo y tránsito de ganado, por el que se limitaba de sol a sol...Lo cierto es que las dificultades de abastecimiento de carne en el Señorío son importantes desde el segundo tercio del siglo XVI [cuando la población era de menos de 100.000 habitantes]; por ello se importa carne desde Francia y Navarra, teniendo que pasar esos rebaños vivos por Guipúzcoa antes de llegar a las carnicerías vizcaínas. Las Juntas comenzaron a solicitar desde 1542 que, al igual que la Provincia de Guipúzcoa, Vizcaya obtuviese una Real Provisión para poder llevar dinero a Francia para importar ganado para el abastecimiento del Señorío. Las quejas ante las Juntas Generales van a ser muy numerosas y se prolongan entre 1537 y 1581: los procuradores se quejaban de que, a pesar de las Reales Provisiones, Cartas y Sobrecargas, los guipuzcoanos tomaban, prendaban, retenían y les hacían pagar -por ejemplo, en Elgueta se les hacía pagar 4 maravedís/cabeza- por los rebaños que se dirigían a Vizcaya para el abastecimiento de carne."
El artículo de Álvaro Aragón Ruano "Trashumancia "media", entre las sierras interiores y la costa guipuzcoanas, ¿desde tiempo inmemorial?", publicado en 2002 en el Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, comienza así: "Es costumbre entre los historiadores repetir paradigmas no suficientemente probados que otros han establecido. Estos vicios surgen por el excesivo sectarismo de algunos, para quienes las afirmaciones de renombrados historiadores son infalibles, o por el uso continuado de ciertas informaciones que nadie se "molesta" en verificar. Durante años hemos oído decir que la sociedad guipuzcoana de Antiguo Régimen era una sociedad rural, articulada a través de un esquema pastoril, en el que la base de vertebración del territorio era la red trashumante que desde "tiempo inmemorial" unía las sierras del sur de la provincia con la costa. Paradigma historiográfico donde los haya, jamás ha venido acompañado de una prueba documental (o arqueológica) que lo certificase. El propio autor de este artículo debe reconocer que interiorizó y asumió como propio este esquema, hasta comenzar a investigar primero los seles y luego sobre el bosque guipuzcoano. La primera impresión fue de desazón, pues desde un primer momento se vio que la palabra "trashumante" no aparecía por ningún lugar y que la documentación ni siquiera vislumbraba, de forma directa o indirecta, algo que pudiese hacer pensar en tal traslado de ganado desde la costa a las sierra interiores y viceversa."
En las conclusiones del citado artículo el autor escribe que "se confirma que en Guipúzcoa la trashumancia media, entre las sierras interiores y la costa -que aún hoy día perdura- no se venía desarrollando desde tiempo inmemorial, como se ha venido afirmando sin pruebas arqueológicas o documentales. Esta trashumancia, al menos de una forma importante, comenzó a finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, en dirección a la costa, y en la segunda mitad del siglo XVIII, en dirección a las sierras, con importantes diferencias geográficas...Los concejos, quienes vieron en este trasiego una nueva fuente de ingresos, dieron paulatinamente pequeños pasos a lo largo de las últimas décadas del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, hasta permitir la estancia en verano o invierno en la primera década del siglo XIX. La posición de las instituciones provinciales también evolucionó: entre los siglos XVI y XVIII defendieron el cumplimiento de la Ordenanza de pastos, es decir, el libre pasto de sol a sol, prohibiendo el pasto libre de ganado forastero; y a comienzos del siglo XIX dieron la posibilidad a cada lugar de permitir o no pernoctar a los ganados trashumantes...Hasta el surgimiento de la trashumancia media, existía un movimiento de rebaños que podríamos denominar, siguiendo a Caro Baroja, "trashumancia local", en la que los rebaños en invierno permanecían en el fondo del valle y en verano subían a la montaña o cima del valle, dentro de una misma jurisdicción o jurisdicciones circunvecinas. Esta trashumancia daba cabida a los rebaños existentes en cada jurisdicción y estaba directamente relacionada con la cabaña vacuna y porcina, siendo compatible con la explotación del bosque. Es decir, no existía trashumancia media porque no era necesaria; la trashumancia local cumplía las necesidades de la cabaña existente. El avance de la cabaña ovina, como consecuencia del retroceso de la masa arbórea guipuzcoana, hizo peligrar el equilibrio existente entre el número de cabezas de ganado y la cantidad de pastos disponibles. Esta necesidad, derivada del avance "incontrolado" del número de ovejas [generó un problema que se solucionó gracias a] un sistema que permitiera a todos los rebaños de la provincia, tanto a los propios de las jurisdicciones receptoras como a los forasteros, disponer de pastos todo el año en igualdad de condiciones, así en verano como en invierno, sin que los límites jurisdiccionales fuesen obstáculo para ello; de esa manera se estableció la trashumancia hacia las sierras de Aralar, Aizgorri y Elgueta en primavera-verano y la trashumancia hacia Vizcaya, la costa y zonas limítrofes en otoño-invierno."
2 comentarios:
Me puedes decir de qué épocs es la Cerca de Villaño ?
Un saludo
No lo sé Koldo. Solo he estado allí una vez. No he investigado el tema. Me gustan los temas históricos, pero me limito a sintetizar lo que han escrito los historiadores al respecto. Hablamos con dos personas que viven allí mismo. Nos dijeron que Labordeta en persona les explicó bastante de lo que saben en el pueblo al respecto de la Cerca de Villaño.
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