La higuera (Ficus carica), pikondoa en euskera, es un pequeño árbol de hasta 10 metros de altura, generalmente muy ramificado y de copa amplia e irregular. La higuera es un árbol procedente de Oriente Próximo según algunos especialistas y se cree que los fenicios fueron los que introdujeron su cultivo en el Mediterráneo. En el País Vasco se cultiva y se naturaliza en zonas abrigadas, barrancos y ribazos. Según el Génesis sus hojas les sirvieron a Adán y Eva para tapar sus genitales al verse desnudos tras comer la fruta del árbol prohibido. Tomé esta fotografía cerca de Arbieto, municipio de Orduña (Bizkaia), el 13 de agosto de 2010.
Muchas higueras producen higos y brevas. Estas últimas proceden de flores tardías de otoño que quedan en el árbol durante el invierno y cuyo crecimiento se reactiva en primavera, madurando hacia los meses de junio y julio sin necesidad de ser polinizadas. Las flores del año darán lugar a los higos a finales de agosto y septiembre. La mayoría de las higueras actuales no necesitan ser fecundadas para producir higos. Sin embargo, la relación simbiótica entre la higuera y la avispa de la higuera (Blastophaga psenes) es una de las más extraordinarias.
El higo en desarrollo es un conjunto de diminutas flores masculinas y femeninas envueltas por una cubierta carnosa. Hay árboles funcionalmente masculinos que producen higos con flores masculinas y flores femeninas de estilo corto (higos de Capri o cabrahígos) e higueras femeninas con flores femeninas de estilo largo (higos de Esmirna o higueras). Las avispas hembras, aladas, penetran por el ostiolo en los higos de Capri sin madurar y depositan los huevos en las flores femeninas de estilo corto mediante el oviscapto, que tiene la longitud necesaria para llegar al ovario de las flores femeninas de estilo corto, pero no al de las flores de estilo largo de los higos de Esmirna. Esos ovarios se convertirán en agallas florales que contendrán a las avispas en desarrollo. Los machos, no alados, son las primeras avispas en salir e inmediatamente buscan a las hembras jóvenes que aún se encuentran dentro de las agallas, las fecundan y a continuación abren una galería a través de la pared del higo, muriendo luego enseguida. Horas después salen las avispas hembra que recogen el polen de las flores masculinas al rozar contra ellas, y luego salen por las galerías perforadas por los machos. Si estas avispas hembra vuelan y entran en un higo de Esmirna, se mueven dentro sin ser capaces de introducir su oviscapto en el ovario de las flores femeninas porque son de estilo largo, polinizándolas. Este proceso, imprescindible para que fructifiquen los higos de Esmirna, se llama caprificación, y para facilitarlo era costumbre colgar ramas de higo de Capri en las higueras. Tomé estas dos últimas fotografías cerca de Arbieto, municipio de Orduña (Bizkaia), el 30 de septiembre de 2014.
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