El Buitre leonado (Gyps fulvus) es una rapaz carroñera. No obstante, es capaz de atacar al ganado en algunas circunstancias. La capacidad de dar muerte a animales moribundos o inmóviles, a pesar de su carácter necrófago, es un fenómeno antiguo y conocido, ya presente antes de la escasez de carroña provocada por la recogida del ganado muerto como consecuencia de la normativa que prohibía abandonarlo en el monte para evitar la expansión de la Encefalopatía Espongiforme Bovina. Antes de la crisis de las vacas locas los ganaderos tenían la preocupación de localizar a animales moribundos o inmóviles, debido a intoxicaciones, cojeras extremas, partos prolongados y complicados o, en el caso de las ovejas, por quedarse panza arriba. Sin embargo, la escasez de carroña ha favorecido el aumento de los ataques al ganado. Según todos los indicios y las denuncias de los ganaderos, los ataques al ganado son mucho más frecuentes ahora que antes de la crisis de las vacas locas. A ello ha contribuido el aumento de la población de buitres leonados del País Vasco, que ha pasado de 32 nidos censados en 1979-1980 a 805 parejas en 2008. Pero también el cambio de un pastoreo "a tiempo completo" a otro "a tiempo parcial" o casi "virtual", donde los pastores y ganaderos con mucha frecuencia están ausentes cuando el ganado se encuentra en situaciones de gran vulnerabilidad, por ejemplo, durante los partos. También parece que la escasez de carroña ha provocado un cambio desde un comportamiento "natural" a otro más "temerario". En la fotografía, varios buitres leonados junto a un burro cerca de Zedelika, municipio de Orduña (Bizkaia), el 6 de febrero de 2018.
El Decreto Foral de la Diputación Foral de Bizkaia 48/2015 establece las indemnizaciones económicas por el daño producido por ataques de buitres y lobos, donde puede leerse que "el buitre leonado...se trata de una especie necrófaga y sólo en ocasiones extremas parece atacar a animales aislados moribundos o debilitados, por lo general en momentos inmediatamente posteriores al parto" y que "los animales afectados han de manifestar signos de ataques producidos por los buitres, que no presenten dudas razonables sobre las causas de las lesiones". Cuando se indemniza a los ganaderos por los daños provocados por el Buitre leonado es necesario un peritaje que permita discernir las causas de la muerte del ganado, para evitar que tengan éxito los intentos de recibir indemnizaciones injustificadamente, como expliqué en mi entrada "Buitre leonado, la picaresca de algunos ganaderos". En esta fotografía, tomada el 29 de diciembre de 2017 en Mendeika, municipio de Orduña (Bizkaia), una vaca atacada por buitres leonados durante el parto. El ganadero la llevó hasta la cuadra después del ataque. El ternero aún estaba vivo y sin picotazos, pero se le había roto la columna vertebral, por lo que iba a ser sacrificado.
En esta fotografía se aprecian los daños provocados en la vulva de la vaca por los picotazos de buitre leonado. Debido a estas heridas, el ganadero decidió que si sobrevivía a la posible infección, la engordaría para venderla al matadero. Muchos casos de supuestos ataques de buitres se comprueba que son consumos de carroña gracias a la ausencia de hemorragias, que dejan señales claras en la parte interna de la piel. Las hemorragias solo se producen en animales vivos.
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