El roble (Quercus robur), haritza o aretxa en euskera, ocupó la mayor parte de la superficie de la vertiente cantábrica del País Vasco hasta el inicio de las técnicas agrícolas y ganaderas. Hasta hace dos siglos su explotación fue muy intensa para la obtención de la madera y el carbón vegetal, necesario para las ferrerías y la construcción, por lo que hubo repartidos numerosos viveros por todo el territorio donde se producían los brinzales que luego se plantaban en los montes. Los romanos en el poblado de Aloria, muy cerca de la ciudad de Orduña, produjeron hierro con la combustión de madera de roble hace unos 2.000 años según el estudio antracológico realizado durante la excavación arqueológica dirigida por Juan José Cepeda. El Mapa de Vegetación de la Comunidad Autónoma del País Vasco, editado en el año 1992 por el Gobierno Vasco, señala que todo el amplio valle de Arrastaria y Orduña estuvo cubierto por esta especie, hoy desaparecida completamente. Hice esta fotografía el 17 de agosto de 2010.
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