Helictotrichon cantabricum es una gramínea que domina el paisaje tras los incendios de quejigares submediterráneos, pero acaba por desaparecer si la degradación del suelo continúa. Es endémica del norte de España y el sur de Francia. Tomé esta fotografía en San Pedro de Beraza, municipio de Orduña (Bizkaia), el 2 de junio de 2012.
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