El Sábalo (Alosa alosa) es un pez protegido y escaso en el País Vasco, incluido en la categoría de "raras" del Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Es un pez grande que puede llegar a medir 70 centímetros y pesar 2 kilogramos. Como puede apreciarse en esta fotografía, por encima el opérculo, en el extremo superior de la abertura branquial, tiene una mancha oscura circular. Se distribuye desde Noruega y a lo largo de todo el litoral atlántico hasta las costas del mar Mediterráneo. Sus amenazas son la sobrepesca y la construcción de presas que impiden que remonte los ríos hasta sus frezaderos naturales.
Hasta hace poco dentro del País Vasco solo se conocía del río Bidasoa (Gipuzkoa), pero recientemente Álvaro Antón, investigador de la Universidad del País Vasco, ha detectado su presencia en el curso bajo del río Cadagua, afluente del Nervión, en el tramo entre Bilbao y Barakaldo. Es una especie anádroma que vive en el mar, pero que al alcanzar la madurez sexual penetra en los ríos para reproducirse en lugares de poca profundidad, con corriente moderada que mantenga un adecuado grado de oxigenación del agua y donde el lecho del cauce sea de arena, grava o cantos rodados. Los reproductores se agrupan al anochecer, nadando en círculos y golpeando la superficie del agua con su aleta caudal. Realiza la freza durante la noche en los meses de mayo y junio. Una vez efectuada la puesta, los adultos mueren o regresan exhaustos al mar. Algunos sufren graves heridas, como el ejemplar de esta fotografía. El 16 de septiembre de 2015 el descubrimiento de la nueva población de Sábalo en el río Cadagua ocupó la portada del periódico El Nervión con el titular de "Revolución en la ría" y la página 2 bajo el título "La presencia de sábalos en el Cadagua augura un ecosistema estable en la ría".
Grupo de 15 sábalos nadando en círculos en el río Cadagua, entre los municipios de Bilbao y Barakaldo (Bizkaia) el 24 de junio de 2016, al final de su período de freza.
2 comentarios:
¿Desde qué zona conseguiste observarlos? Me interesaría pasarme a verlos.
Un saludo.
Pues hace unos días me asomé desde el puente de Alonsotegi y había un montón de sábalos.
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