El Barbo de Graells (Luciobarbus graellsii) antes era conocido con el nombre científico de Barbus graellsii. Recientemente los científicos han creado el género Luciobarbus, donde han quedado incluidas la mayoría de las especies ibéricas de barbos, emparentadas con las especies norteafricanas y asiáticas, en lugar de con las especies europeas, que se habrían generado durante el Oligoceno-Mioceno, cuando la Península Ibérica se encontraba separada del continente europeo. Posteriormente, durante el Plioceno-Pleistoceno, se habrían generado las distintas especies mediante evolución divergente de las poblaciones aisladas. Es un endemismo ibérico, de la cuenca del río Ebro, de los ríos mediterráneos catalanes Ter, Besós, Llobregat, Fluviá y Daró, y de los ríos cantábricos vascos Oria, Urola, Nervión-Ibaizabal, Artibai y Oka. En el río Asón (Cantabria) es una especie introducida. Tiene hábitos gregarios y una alimentación variada que incluye algas y macroinvertebrados acuáticos. Vive en los tramos y bajos de los ríos, desplazándose aguas arriba para la reproducción, en los meses de mayo a agosto. Alcanzan la madurez sexual con tallas de 15-20 cm, aunque algunos ejemplares llegan a superar los 60 cm, aunque tallas de entre 30 y 50 cm son las más habituales entre los adultos. Cada hembra pone de 5.000 a 25.000 huevos en zonas de arena y grava.
Tomé estas fotografías y este vídeo de un grupo de Barbo de Graells en el río Nervión a su paso por el municipio de Arrankudiaga (Bizkaia) el 2 de enero de 2022. Como ya habíamos observado en años pasados, el parón en la actividad industrial, silvícola, etc. de las vacaciones navideñas obran el increíble milagro de que las aguas del río Nervión sean casi transparentes. Y eso a pesar de contener en este tramo las aguas residuales sin ningún tipo de depuración de unas 35.000 personas (Amurrio, Laudio, Aiara y Orozko).
En este vídeo podemos ver un grupo de Barbo de Graells boqueando en superficie para obtener el oxígeno que necesitan, ya que durante los meses de agosto y septiembre de 2014 la escasez de precipitaciones, junto con las captaciones que se realizan en el río Nervión a su paso por Arrastaria y Orduña, hizo que su cauce quedara completamente seco en algunos tramos, por lo que los peces quedaron atrapados en los tramos del río que conservaron agua en superficie. El agua estancada en esos tramos y el calor hizo disminuir el nivel del oxígeno disuelto en el agua, lo que les obligaba a tomar oxígeno atmosférico, boqueando en superficie.
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