El pastoreo con ovejas y cabras es responsable en parte del mantenimiento de un ecosistema que a veces se ha llamado pasto-enebrales con junquillo. En las laderas orientadas al sur del Valle de Losa es frecuente esta agrupación vegetal en la que se mezclan plantas herbáceas perennes y pequeñas matas sobre un terreno erosionado donde se ha perdido el suelo humífero del quejigal, que es su vegetación primigenia. Este ecosistema fue originado tras la destrucción del quejigal y el prebrezal de sustitución. El uso repetido del fuego junto con el pastoreo han mantenido este ecosistema sobre suelos empobrecidos y aquejados de procesos erosivos que dificultan su recuperación. Un buen número de especies de carácter mediterráneo habitan en los pasto-enebrales con junquillo del Valle de Losa: enebro (Juniperus communis subsp. communis), Erica vagans, Genista hispanica subsp. occidentalis, Dorycnium pentaphyllum, Genista scorpius, Lavandula latifolia, Thymelaea ruizii, Linum suffruticosum subsp. appresum, Argyrolobium zanonii, Fumana ericifolia, Coronilla minima subsp. minima, junquillo (Aphyllanthes monspeliensis), Koeleria vallesiana, Onobrychis argentea subsp. hispanica, Globularia vulgaris, Catananche caerulea, Astragalus monspessulanus subsp. monspessulanus, Carduncellus mitissimus, Potentilla verna, Carex humilis, Brachypodium pinnatum, Bellis sylvestris, Euphorbia flavicoma subsp. occidentalis, Rhaponticum coniferum o Linum narbonense. Solo con recorrer 5 o 10 kilómetros podemos pasar de disfrutar con la observación de especies de óptimo mediterráneo en el Valle de Losa a otras propias de la alta montaña que conservan poblaciones relictas a altitudes inusualmente bajas en la umbría de Sierra Sálvada. Una experiencia difícil de repetir en otros lugares. Tomé esta fotografía cerca de Zaballa, en la Junta de Villalba de Losa (Burgos), el 20 de junio de 2013, donde pude observar todas las especies antes nombradas.
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