2 de junio de 2019

Análisis de la reproducción del Buitre leonado en 2009-2019

Con las parejas reproductoras (incubando+huevo+parejas) censadas en la segunda quincena de febrero de los últimos 11 años he elaborado esta gráfica. En febrero de 2019 no se adivinaba que fuera a ocurrir nada que se saliera de los resultados habituales de los últimos años.
Sin embargo, el número de pollos censados en la primera quincena de junio ha sido muy superior al esperado.
Si comparamos los resultados de los censos de la segunda quincena de febrero y la primera quincena de junio quedan en evidencia las grandes diferencias de un año a otro.
Ello es debido al distinto éxito reproductor, medido como el número de pollos vistos en la primera quincena de junio respecto de las parejas censadas en la segunda quincena de junio.
En esta tabla se encuentran todos los datos numéricos. Lo más destacado del año 2019 no ha sido un éxito reproductor del 54%, el más alto de los últimos 11 años, sino el hecho de que 7 de los 35 pollos fueran muy jóvenes, ya que solo tenían plumón, hecho detectado en algún año y que hemos interpretado como el resultado de puestas de reposición tras la pérdida del primer huevo debido a las duras condiciones climatológicas que deben soportar en algunas zonas de reproducción, caso de Sierra Sálvada. Sobre esta cuestión, con mi amigo Iñigo Zuberogoitia como autor principal, publicamos un artículo científico en la prestigiosa revista ornitológica Ibis (Factors affecting population regulation of a colonial vulture), de lo que hablé en Buitre leonado, factores que regulan su población. En el año 2015, como consecuencia del temporal de nieve del 5 de febrero, al menos 4 parejas realizaron puestas de reposición, de las que hicimos un seguimiento, con un resultado que nos indica que la mayoría de estos pollos pequeños en la primera quincena de junio suelen morir antes de volar del nido. En el año 2015, solo uno de los cuatro pollos seguía vivo el 1 de agosto. Si este año volviera a suceder lo mismo, el éxito reproductor no sería tan alto como el obtenido del censo de los pollos durante la primera quincena de junio. De acuerdo con Iñigo Zuberogoitia, las borrascas de este invierno pueden haber provocado el fracaso reproductor temprano de algunas parejas, parte de las cuales han debido realizar puesta de reposición.

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