Debido a la sequía estival que está padeciendo Orduña (Bizkaia), las hayas (Fagus sylvatica) que se encuentran sobre suelos poco profundos están sufriendo gran estrés hídrico, lo que les ha llevado a desprenderse de sus hojas con un adelanto de dos meses sobre las fechas habituales. Esta fotografía, tomada junto a la fuente de Gualdetxu, al pie del cantil del monte Txarlazo, municipio de Orduña (Bizkaia), no tendría nada de particular en el mes de octubre, pero es extraordinaria, pues la tomé el 27 de agosto de 2012, al igual que el resto de estas fotografías.
Algunas hayas han decidido desprenderse de sus hojas incluso antes de que se secasen y perdieran su clorofila.
Algunos ejemplares que se encuentran en lugares muy afectados por el viento, han visto acelerado este mecanismo fisiológico de respuesta ante el severo estrés hídrico que están sufriendo. Aquí el hayedo se asienta sobre suelos margosos muy someros, con escasa capacidad de retención del agua. Si no llueve durante varias semanas, al haya le basta con un tiempo nuboso y con nieblas para pasar el verano sin mayores problemas, pero este verano ha sido seco, caluroso y de cielos despejados incluso en esta sierra.
Otra de las consecuencias de la sequía es la escasez de agua en los cursos fluviales, aunque de esto tienen tanta culpa o más las crecientes captaciones de aguas para usos humanos. Este es el cauce del río Nervión al paso junto a la ciudad de Orduña, completamente seco en algunos tramos.
En esta vista panorámica de la Sierra Sálvada en Orduña también se aprecian los efectos de la sequía, aunque no son tan espectaculares si nos fijamos en el conjunto paisajístico como si ponemos nuestra atención en los detalles.
En este video, de calidad bastante escasa por desgracia, se aprecia la intensa caída de hojas que se estaba produciendo en el hayedo, cerca de la fuente de Gualdetxu, como consecuencia de unas rachas de viento moderadas.
Una pena...como esto se repita mucho, los bosques Atlanticos del Norte iran desapareciendo...aunque yo no lo vea.
ResponderEliminarSaludos camperos!
Efectos devastadores de la sequía, estos que nos ilustras en la bella Orduña.
ResponderEliminarConfiemos en el agua reparador que ha de venir.
Un saludo desde Pucela.
Como bien me dice mi amigo Pedro Mª Uribe-Echebarría, este año, como varios más (los de las sequías del 90 y principios del siglo XXI), no sólo el haya, sino también los quejigos (Quercus gr. faginea), serbales o mostajos (Sorbus aria y S. torminalis), arces (Acer opalus y A. campestre) y tilos (Tilia platyphyllos), están sufriendo la sequía y se les 'marronean de pronto' y caen las hojas.
ResponderEliminarPor aquí en La Rioja está sucediendo lo mismo, hayas, robles e incluso encinas están "marrones" desde hace ya más de un mes. Es realmente impactante ver la sierra así en esta época del año.
ResponderEliminarUn saludo!
Javier.
Mi amigo Nacho García Plazaola, investigador en el campo de la fisiología de las plantas me dice lo siguiente: "La verdad que es muy espectacular lo que está pasando en Sierra Salvada. Yo pienso que más que la sequía, lo que estamos viendo son las consecuencias de la ola de calor de Agosto, cuando en Saratxo se llegó a los 44 grados, lo que es una burrada. Esta temperatura, debido a la falta de refrigeración transpirativa, por la sequía, seguramente hizo que las temperaturas a nivel de hoja llegasen al umbral letal (que suele ser entre 45 y 55 grados), temperatura a la cual se produce la desnaturalzación de algún componente fundamental del aparato fotositético, que hace que la hoja no se pueda recuperar y muera. En la ola del 2003 pasó algo similar, y se estimó que originó una perdida de productividad anual en los bosques europeos del 30% (se publicó en la revista en Nature). En aquella ocasión observé como tras la ola de calor las gayubas aparecían de color marrón en unas calizas de la Sierra de Cantabria en septiembre de 2003. Unos años después, esas gayubas (probablemente centenarias) habían desaparecido por completo. Me da un poco de miedo pensar que pueda ocurrir algo similar en alguna especie de Salvada (el majuelo lo veo muy afectado), y que los cambios en vez de ser poco a poco, sean de golpe. Habrá que ver que pasa la primavera próxima... He estado de vacaciones hasta hoy, pero mañana voy a ir a echar un vistazo por el monte Santiago, a ver que pinta tienen los sufridos arbolitos."
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