19 de noviembre de 2011

Uros de la sima Txiripí

En esta fotografía, los restos de uno de los tres machos de uro (Bos primigenius) hallados en la sima Txiripí, municipio de Kuartango (Araba). El uro es el ancestro del ganado vacuno, extinguido en el año 1627, cuando murió el último ejemplar en los bosques de Jaktorów (Polonia), una hembra indultada tras ser cazados los últimos 4 machos durante las dos primeras décadas del siglo XVII. Estos restos fueron hallados por Mario Laurino, paleontólogo especializado en el estudio de la fauna de grandes mamíferos encontrados en cuevas y simas alavesas, y al que le agradecemos su autorización para publicar estas fotografías. El uro era mucho más grande y robusto que el ganado vacuno actual, con una altura media en la cruz de 160 a 180 centímetros. Gracias a las descripciones de época romana y medieval se sabe que su pelaje era de color oscuro y uniforme (parecido al del toro de lidia), con una banda de pelo ligeramente más claro sobre la columna vertebral y con la frente de color pardo a leonado. Los cuernos de los machos eran largos, con las puntas negras y curvados hacia arriba.
En esta fotografía, Mario Laurino en el interior de la sima Txiripí. En el año 2006 dio a conocer el hallazgo de un mínimo de 3 machos de uro de gran talla y 3 de talla menor, hembras o jóvenes. En la misma sima halló entremezclados con los huesos de los uros, los restos de varios ejemplares de ganado vacuno, entre ellos al menos 5 toros. Jesús Altuna en el artículo "Hallazgo de un uro (Bos primigenius Boj.) en la sierra de Gibijo (Álava), estudio de su esqueleto y de la fauna asociada al mismo", publicado en el año 1974 en la revista Munibe, expuso los resultados del estudio del primer esqueleto casi completo hallado en la Península Ibérica, en la torca de las Grajas, municipio de Kuartango (Araba), a 870 metros de la sima Txiripí.
En esta imagen están incluidas las localizaciones de la sima Txiripí y la torca de las Grajas. Como puede verse están bastante cerca de la Casa del Parque de Monte Santiago. La distancia entre la torca de las Grajas y la cascada del Nervión es de 2.450 metros.

4 comentarios:

Salomé Guadalupe Ingelmo dijo...

Se siente un gran pesar cada vez que se trata el tema de las especies extintas. No obstante, dado que la triste realidad no se puede soslayar, mejor tener la información necesaria para reconstruir lo que nunca pudimos llegar a conocer por experiencia directa. Abrazos.

Anónimo dijo...

Aun es posible hacer la reconstrución del uro iberico.
El TaurOs project, por ejemplo, esta interesado en por lo menos, 4 razas ibericas de ganado vacun, para hacer cruces geneticos y fenotipicos.

Saludos.

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Nunca existió ningún uro ibérico, como especie o subespecie diferenciada del resto. Los proyectos de recreación del uro a partir de razas de vacuno son ya antiguos y tienen el feo precedente de que Hitler fue uno de sus principales impulsores, que impregnó con su retórica patriotera y racista a este loable propósito; hablaba del "toro ario", el más grande, fuerte y tal. Quizás la ingeniería genética consiga resucitar algún día al uro. Los intentos de recreación de animales extinguidos a partir de sus descendientes domésticos creo que llegaron a su fin hace varias décadas.

Anónimo dijo...

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